El día 2 de noviembre fue el primer día que fuimos al Estribo, nos encontramos el cielo lleno de cumulos pero cero viento para poder despegar, ese día solo voló Lucas.
Día 3 de noviembre, Lucas y Marco fueron a ver los globos y los ultraligeros al aeródromo de Tzurumútaro donde hicieron un Fly-Inn, llegaron un poco más tarde al despegue del Estribo. Yo iba con Jaime y el voló cuando todavía no llegaban los demás, le habían tocado buenos ciclos y yo estaba desesperado por salir, pero iba con Andrés y no lo podía dejar solo, cuando llegó Marco se ofreció a cuidarlo, despegamos con viento un poco cruzado del oeste, estuvimos subiendo junto con Carlos, yo me fuí hacia atrás con poca altura (400 mts sobre el despegue) y apenas alcancé a llegar a las siguientes explanadas, no encontré nada y aterricé poco después en seguida de la caseta de cobro de la autopista a Uruapan.
Cuando regresabamos los demás seguían volando, Lucas subió bien pero tampoco pudo cruzar las explanadas (2500 mts sobre el nivel del mar) y regresó volando para no caminar. Quién se llevó el día fue Alejandro, voló hacia Pátzcuaro y a medio camino encontró una termal muy buena que lo llevó a la base de la nube, 1000 metros sobre el despegue.
El 4 de noviembre después de la base de nube de Alejandro del día anterior ibamos muy motivados, sabíamos que las condiciones estaban puestas. Yo fui el primero en llegar al despegue junto con Benjamín de Querétaro, preparé mi equipo y en eso estaba cuando llegaron Carlos, Xochitl, Lucas y Marco que habían ido de nuevo a Tzurumútaro. Despegué primero, la temperatura era más alta que los días anteriores y las condiciones eran térmicas, pude comenzar a subir sin muchos problemas y podía mantener mi altura, no había muchas descendentes, ideal para estar analizando los ciclos y la evolución del día, mientras tanto salieron los demás, yo fui a explorar hacia Pátzcuaro, hacia allá se veía mejor el cielo y poco a poco comencé a subir, buscaba y seguía subiendo, hasta que encontré la buena, un termalón con deriva del Noreste que me llevó de regreso al crater del despegue y seguí subiendo en ella hasta que llegamos al techo, 3440 mts sobre el nivel del mar, la deriva era ideal para ir a Zirahuén y hacia allá hice mi planeo, en esa dirección no se veía mucha actividad en el cielo pero pensé que con esa altura era suficiente para llegar al lago. La transición fue buena, empujado por el viento iba a casi 70 km/h sobre el piso, iba tratando de optimizar mi planeo, encontré descendencias fuertes que me hicieron dudar si llegaba o no. Zirahuén lo tenía marcado en mi GPS Garmin, este solo da los valores de planeo con números enteros y me decía que no llegaba... se equivocó.
Después de las descendentes mi planeo se normalizó, al entrar al pueblo comencé a flotar, incluso encontré una buena termal, pero yo estaba bajo, unos 150 mts sobre el piso. Si hubiera girado esa termal me derivaría hacia el centro del lago, y si la perdía no había muchas opciones de regresar a la orilla. Entonces la dejé y me moví hacia un lado, encontré la descendente de la mista termal y me acercé al campo de aterrizaje, esto lo hice por la orilla del lago, cuando enfrenté el viento para entrar al campo me di cuenta que no estaba avanzando, el viento era tan fuerte que me estaba empujando hacia el lago, en reversa!, tuve miedo de caer al agua. Si llevas instrumentos electrónicos, zapatos pesados y amarrado a una silla no es buena idea quedar en el agua. Ya he tenido muy malas experiencias en Valle de Bravo, de vida o muerte, entonces le tengo mucho respeto al agua, es muy muy fácil ahogarse por no poder deshacerte del equipo o enredarte entre las líneas, en Zirahuén no hay lanchas que vayan a rescatarte.
Metí acelerador a tope y comencé a desabrocharme todo lo que pude, la Rebel comenzó a abrirse paso, además estaba en una mega descendente! pasó la racha de viento más fuerte y comencé a respirar cuando entré al campo, solté un poco el acelerador y aterricé en la cancha de futbol.
Carlos venía detrás y lo más rápido que pude le avisé por radio que no entrara al agua! iba directo al lago, por suerte traía radio y me escuchó, regreso y se encontró en la misma situación que yo, su GPS marcaba velocidades de 5-10 km/h pero en reversa! a el se le movía más el parapente y no quizó meter acelerador, luego tuvo una plegada frontal cerca del piso, aterrizó bien, su parapente quedó a 2 mts del agua.
Después de ese final tan intenso nos fuimos a relajar al muelle, ahí llegaron Marco y Xochitl por nosotros, luego fuimos a buscar a Lucas que no había llegado a Zirahuén, se quedó unos kilómetros antes y venía caminando.
Fue un cierre perfecto para el puente de muertos, la huesuda nos coqueteó al final pero Carlos y yo todavía tenemos muchos vuelos que hacer.
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